La historia de Fustiñana nos remonta a la época romana, donde existía un asentamiento denominado «Villa Faustiniana», que dió origen al nombre actual. Conquistada por Alfonso I el Batallador en 1119 junto con el resto de la comarca, el rey García Ramírez dió la villa a la Orden de San Juan de Jerusalén en 1142, pasando a ser una de sus encomiendas.
En esa fecha fue levantada la iglesia románica de la Asunción en la que antiguamente se veneraba a los santos Justo y Pastor. Actualmente sólo se conserva del edificio original dos tramos de los pies con sus pilares y capiteles, y la bóveda de medio cañón apuntado. Pueden admirarse las pinturas de su retablo plateresco, obra de Pierrés del Fuego.
Podemos disfrutar de más ejemplos del románico de la Ribera de Navarra en Ribaforada (Iglesia de San Blas), Cabanillas (San Juan de Jerusalén) y Tudela (Iglesia de la Magadalena, Iglesia de San Nicolás y la Catedral de Santa María).